Durante la Guerra Civil española, los padres de los niños refugiados en México, conocidos como 'Los niños de Morelia', enviaron a la señora María de los Ángeles Chávez Orozco, quien fuera presidenta del Comité de Ayuda a los Niños del Pueblo Español, desgarradoras cartas en las que se entretejen dos historias: la de los niños en tierras mexicanas y los sufrimientos que acarreó a sus familiares la guerra y, posteriormente, la derrota de los republicanos.
lunes, 4 de mayo de 2009
Durante la Guerra Civil española, los padres de los niños refugiados en México, conocidos como 'Los niños de Morelia', enviaron a la señora María de los Ángeles Chávez Orozco, quien fuera presidenta del Comité de Ayuda a los Niños del Pueblo Español, desgarradoras cartas en las que se entretejen dos historias: la de los niños en tierras mexicanas y los sufrimientos que acarreó a sus familiares la guerra y, posteriormente, la derrota de los republicanos.
Cartas a los Niños de Morelia
“Yo estaba loca aquel día sentía que el mundo caía encima mío y me ahogaba y fui más sentimental o cobarde que las otras madres, que al último momento hice que me dieran a mi hijo pequeño”.
“[…] Cómo está la niña que es nuestra hijita Sara Verja García […] que nos escriban por que ella aun no los abe hacer […]
Domingo Verja (1937)
Cartas a los Niños de Morelia
Protesta…
Cartas a los Niños de Morelia
“Con el corazón sangrando de dolor, tomo la pluma para manifestarles, he recivido sus cartas, las que detallan, los tristes días bibidos por la orrible desgracia en que perdió la vida mi querido hijo. Ese niño, que hera todo bondad y ternura para conmigo y su hermana, mis pesares heran suyos, sufria al verme sufrir y me consolaba siempre”.
María Latorre (1937)
“De lo que me dices si he dado la bicicleta, no pases ancia pues te la guardo para cuando vengas”
Martina García (1937)
Cartas a los Niños de Morelia
El ferrocarril en la Guerra Civil
El Ferrocarril español durante la Guerra Civil
Cuando se levantaron los militares, España quedó dividida en dos zonas, al igual que sus líneas férreas y compañías. La Compañía del Norte contaba con 3,814 kilómetros, de los cuales 1,772 se ubicaban en la zona franquista, que equivalían al 45 % del total, mientras que la Compañía Madrid-Zaragoza-Alicante contaba con 3,556 kilómetros, todos en terreno de la República.
La guerra complicó tanto el funcionamiento de los ferrocarriles, que obligó al gobierno a incautar las empresas a partir del 10 de agosto de 1936, y encargar su manejo al Comité de Explotación de los Ferrocarriles. A partir de entonces el servicio de trenes fue militarizado para atender fundamentalmente el transporte de tropas, municiones y toda clase de elementos de guerra, aunque no pudieron dejarse de lado ni los servicios comerciales ni el transporte de viajeros.
Durante la contienda ambos bandos destruyeron todos aquellos elementos que favorecían el tráfico ferroviario contrario, pero cabe destacar que para las dos facciones los trabajadores ferroviarios eran valiosos combatientes y su participación fundamental.
Las expediciones de los niños que viajarían a México implicaron la formación de dos grupos, uno en Madrid y otro en Barcelona. El primero concentró a los niños procedentes del sur y centro de la península, y se dirigiría hasta Valencia. El otro uniría a todos los niños procedentes de Cataluña, además de los que se hallaban en colonias desde el inicio de la guerra y que procedían de Asturias y el País Vasco.
El grupo de Madrid partió de la estación de Atocha y siguió la línea que corría por Alcázar de San Juan, Albacete y Almansa hasta Valencia. Ahí se les unieron los niños que venían del Levante español y continuaron el viaje en un solo convoy en dirección a Barcelona.
En Barcelona se unen los dos grandes grupos y parten de la estación de Barcelona-Término hasta la estación fronteriza con Francia de Port-Bou, donde tuvieron que cambiar de tren debido a las diferencias en el ancho de vía. Ya a bordo de un tren francés partieron con destino a Burdeos donde tomaron el barco Mexique, que los trasladaría en un viaje sin retorno hasta México.
Llegada a México: de nuevo al ferrocarril
En 1930 la crisis en el funcionamiento de los ferrocarriles mexicanos era ya insuperable, lo cual obligó al gobierno a intervenir la empresa Ferrocarriles Nacionales de México, que había llegando al punto de recibir una subvención del Estado equivalente al 90 %. El 23 de junio de 1837 el presidente Lázaro Cárdenas decide nacionalizar la empresa, que un año después, en 1938, sería dirigida por la Administración Obrera de los Ferrocarriles Nacionales de México, corporación pública descentralizada y con personalidad jurídica, ajena al sindicato ferrocarrilero.
Los años de la administración obrera fueron difíciles debido a la falta de liquidez, las enormes inversiones que se realizaron con el fin de mejorar la red ferroviaria y a la devaluación de la moneda mexicana. Para 1940, la Cámara de Diputados decide disolver la empresa.
Esta situación ferroviaria coincide con la llegada a México de los niños españoles, que abordaron el tren en Veracruz y recorrieron la línea del Ferrocarril Mexicano, que incluyó paradas en las principales estaciones de la línea, como son: Orizaba y Córdoba, en Veracruz; Esperanza, en Puebla; Apizaco, en Tlaxcala, para llegar finalmente a la ciudad de México, a la estación de Buenavista.
Dos días permanecieron en la ciudad de México, para continuar después su recorrido en tren con destino a la ciudad de Morelia. Para tal fin fueron llevados a la estación Colonia del antiguo Ferrocarril Nacional Mexicano. La ruta hacia Morelia incluyó paradas en las estaciones de Toluca, en el Estado de México, Maravatío, en el estado de Michoacán y Acámbaro, en el estado de Guanajuato, entre otras, para llegar a la ciudad de Morelia, que sería su destino final.
Los trenes para estos niños tuvieron siempre un significado especial: eran el medio para alcanzar la libertad, para mantenerse con vida, para alcanzar nuevos y mejores destinos.
sábado, 28 de febrero de 2009
La guerra civil española
Los hombres, como castillos;
igual que almenas, sus frentes,
grandes murallas sus brazos,
puertas que nadie penetre.
Rafael Alberti
La guerra civil española
Después de la Primera guerra mundial, Europa quedó en una difícil situación social, económica y política। Las antiguas estructuras ya no eran la solución más adecuada para los problemas que se vivían en todos los sectores de la sociedad.
Opinión del experto: Encuentro con los Niños de Morelia
(Tercera de seis partes)
Raúl Fuentes Aguilar
Los niños de la guerra civil española. La cara más triste de la contienda. Armida Martín
Son las víctimas inocentes de la violencia que desencadenan los adultos y sufren de forma pasiva sus consecuencias. Atrapados en medio de la pesadilla que asola España, sus juegos infantiles y sus recuerdos quedarán señalados con una marca que arrastrarán durante el resto de sus vidas: la huella de los niños de la guerra.
México, 25 Feb (Notimex).- Amparo Batanero llegó a México en1937 a los cinco años de edad, vino desde España entre un grupo de454 niños para refugiarse de la Guerra Civil en su país. En ese entonces fueron conocidos como los "Niños de Morelia". Este año, la historia vuelve a revivirse con la publicación del libro "La letra en que nació la pena", que reúne cartas de las madres de aquellos pequeños.
Desde que comenzaron los bombardeos masivos sobre Madrid y Barcelona, el gobierno republicano lanzó una campaña propagandística en radio y prensa con el lema "Salvemos a la niñez. Inscriba a sus hijos en la expedición de México".
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Películas sobre la guerra civil española
El laberinto del fauno
La hora de los valientes